En
lugar de dejarle viciarse en el aire malsano de una habitación,
condúzcasele diariamente a un prado. Allí, que él corra, que se
recree, que caiga cien veces por día, tanto mejor: aprenderá más
pronto a levantarse. El bienestar de la libertad restaña muchas
heridas. Mi alumno tendrá contusiones con frecuencia; en
compensación, estará siempre alegre. Si los vuestros las sufren
menos, estarán siempre contrariados, siempre encadenados, siempre
tristes. Dudo de que el beneficio quede de su parte.
Jean-Jacques Rousseau, "Emilio, o de la educación" (fragmento)
Fuente: Zona Estudio (pdf)
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