domingo, 3 de junio de 2012

Unos orígenes perdurables

La instrucción hablada y representada, por medio de la palabra o de la demostración ejemplar, es evidentemente tan antigua como la humanidad. No puede haber sistema familiar ni social, por aislado que esté y por rudimentario que sea, sin enseñanza y discipulazgo, sin magisterio y aprendizaje consumados.
(...) La necesidad de transmitir conocimientos y habilidades, el deseo de adquirirlos, son una constante de la condición humana. El Magisterio y el aprendizaje, la instrucción y su adquisición tienen que continuar mientras existan las sociedades. La vida tal como la conocemos no podría seguir adelante sin ellos.

George Steiner, Lecciones de los maestros (fragmentos), Ediciones Siruela, Madrid, 2004, pags. 17 y 169.

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